¿Ves el triángulo negro? "Sí", diras, "claro, ¿cómo no lo voy a ver?", preguntarás. Pues la cuestión es que en la figura de arriba no hay dibujado ningún triángulo negro. Sin embargo, nuestro sistema visual interpreta la información que recibe y le da forma estableciendo hipótesis acerca de lo que tenemos delante.
Y es que nuestro cerebro es una incréible máquina de reconocimiento de formas, tan buena que a veces las reconoce donde no las hay.
How the mind works, p.259.
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