"..........Y volviéndose al dueño de la hostería, preguntó en tono muy
amistoso:
-Oye, Tripolitano. ¿Cuánto hemos gastado aquí, en esta mesa?
Respondió el interpelado:
-El gasto total, con la comida, fue de treinta dinares.
El jeque Nasair deseaba pagar él solo la cuenta, pero los
damacenos se negaron a que lo hiciera, entablándose una pequeña
discusión, un cambio de gentilezas, en el que todos hablaban y
protestaban al mismo tiempo. Al final se decidió que el jeque Nasair,
que había sido invitado a la reunión, no contribuiría al gasto. Y cada
uno de los damascenos pagó diez dinares. La cuenta total de 30
dinares fue entregada a un esclavo sudanés y llevada al Tripolitano.
Al cabo de un momento volvió el esclavo y dijo:
-El patrón me ha dicho que se equivocó. El gasto asciende a 25
dinares. Me ha dicho, pues, que les devuelva estos cinco.
-Ese Tripolitano, observó Nasair, es honrado, muy honrado.
Y tomando las cinco monedas que habían sido devueltas, dio una a
cada uno de los damascenos y así de las cinco monedas sobraron
dos. Después de consultar con una mirada a los damascenos, el jeque
las entregó como propina al esclavo sudanés que había servido el
almuerzo.
En este momento el joven de la esmeralda se levantó, y
dirigiéndose muy serio a los amigos, habló así:
-Con este asunto del pago de los treinta dinares de gasto nos
hemos armado un lío mayúsculo.
-¿Un lío? No hay ningún lío, se asombró el jeque. No veo por
dónde…
-Sí, confirmó el damasceno. Un lío muy serio y un problema que
parece absurdo. Desapareció un dinar. Fíjense. Cada uno de nosotros
pagó en realidad solo 9 dinares. Somos tres: en consecuencia el pago
total fue de 27 dinares. Sumando esos 27 dinares a los dos de la
propina que el jeque ha dado al esclavo sudanés, tenemos 29
dinares. De los 30 que le fueron dados al Tripolitano, solo aparecen,
29. ¿Dónde está, pues, el otro dinar? ¿Cómo desapareció? ¿Qué
misterio es éste?
El jeque Nasair, al oír aquella observación, reflexionó:
-Es verdad, damasceno. A mi ver, tu raciocinio es cierto. Tienes
razón. Si cada uno de los amigos pagó 9 dinares, hubo un total de
27 dinares; con los 2 dinares dados al esclavo, resulta un total de 29
dinares. Para 30 –total del pago inicial- falta uno. ¿Cómo explicar
este misterio?
En este momento, Beremiz, que se mantenía en silencio, intervino
en el debate y dijo dirigiéndose al jeque:
-Está equivocado, jeque. La cuenta no se debe hacer de ese modo.
De los treinta dinares pagados al Tripolitano por la comida, tenemos:
25 para el Tripolitano
2 devueltos
2 propina al esclavo sudanés.
No desapareció nada y no puede haber el menor lío en una cuenta
tan sencilla. En otras palabras: De los 27 dinares pagados -9 veces 3,
25 quedaron con el Tripolitano y 2 fueron la propina del sudanés.
Los damascenos al oír la explicación de Beremiz, prorrumpieron en
estrepitosas carcajadas.
-¡Por los méritos del Profeta!, exclamó el que parecía más viejo.
Este Calculador acabó con el misterio del dinar desaparecido y salvó
el prestigio de esta vieja hostería… ¡allah!................"
Si ya leiste el extracto de una de las historias de este maravilloso libro..... hoy te invito a bajarlo del link que te adjunto abajo, en formato pdf.
Es excelente, lo he leido como 3 veces.
Te despierta la mente, te asombra de las maravillas de los números, etc.
Libro recomendado!
http://www.mediafire.com/?tlm077x4uhz
viernes, junio 20, 2008
EL HOMBRE QUE CALCULABA
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